A veces hay noticias de primera magnitud que son ignorados completamente en nuestros medios de comunicación. Cuando estalló la crisis financiera con la quiebra de Lehman Brothers hace cinco años, nadie lo veía venir (salvo los economistas - minoritarios - que forman la Escuela Austriaca de Economía y los que siguen a sus principios). Nadie podía preverlo, se dijo.
Ahora se está cocinando la misma cosa á la china.
Veamos los hechos:
El sector inmobiliario en China sufre una epidemia de quiebras. Las ventas de casas están en caída libre. Sin embargo, el gobierno central chino sigue con su política restrictiva de conceder créditos. Pocos, muy pocos economistas llevan avisando desde hace tiempo que la burbuja inmobiliaria china está a punto de estallar. Que esto supone una amenaza para la economía y el sistema financiero mundial no necesita más explicación. La burbuja inmobiliaria china se alimentó durante años con inversiones públicas gigantescas y dinero barato. La subida del precio de la vivienda en china atrajo cada vez más inversores. El milagro económico chino en este sector se financió a base de créditos. Esto suena, ¿verdad?
Casi a nadie parece preocupar que la oferta de inmuebles ya supera con creces la demanda. El resultado: en China existen auténticas ciudades fantasma. Se dice que alguien algún día vivirá en esas viviendas.
Y ahora hay claros indicios que esta baraja de naipes está a punto de desplomar. CBN (China Business News) informa que el sector inmobiliario chino se ve envuelto en una serie de quiebras. Oficinas vendedores de pisos en todo el país están cerrando. En esto año llegamos a 3.000 oficinas. La misma fuente revela que la venta de viviendas ha caído un 20%, la cifra más baja desde 2009. Desde enero ha caído el precio de la vivienda un 6,7 %.
La razón: el gobierno ha limitado la concesión de créditos hipotecarios por miedo a que se forme una burbuja. Pues bien, la burbuja ya se ha formado. Y con esta medida cabe solamente una conclusión: puede pasar lo que pasó en EE.UU. hace 6 años cuando los precios de la vivienda cayeron en picado y arrastraron al sector inmobiliario y los bancos relacionados con él. Si esto ocurre, tendremos unas consecuencias imprevisibles para la economía mundial.
Si alguien cree en serio que estamos a punto de salir del hoyo seguramente cree también en Santa Claus.