martes, 7 de agosto de 2012

TANTO MONTI, MONTI TANTO

Raras veces ocurre que escribo dos veces un artículo en mi blog en el mismo día. Hoy es un día así. No sé si es porque es agosto y la gente está de vacaciones y no se entera. Por lo menos no me consta que los defensores de la democracia hayan tomado las calles en el día de hoy.

Ayer apareció una entrevista con otro Mario. Está vez no era Supermario Draghi, sino su paisano Mario Monti, el premier ministro de Italia (con tanto Mario uno se pregunta: ¿quién mueve los hilos de est@s mario-netas?) El contexto:

El Señor Monti fue nombrado por el presidente de la república como sucesor de Berlusconi. No fue votado en las urnas. Fue nombrado a dedo por Giorgio Napolitano, presidente italiano y el parlamento le dio el voto de confianza que no es lo mismo que ser elegido, para que nos entendamos. Es una costumbre que últimamente se impone en Europa. Tampoco van Rompuy o Barroso fueron elegidos por los ciudadanos.

Bien, este economista malo, convertido en primer ministro peor, brilla obviamente por su legitimación democrática por el pueblo italiano. Dada su firme creencia en la democracia, no es de extrañar que Monti dijo en una entrevista con la revista "Der Spiegel" en su edición de ayer lo siguiente:

"Si los gobiernos se dejan condicionar por las decisiones de sus parlamentos sin guardar un margen para actuar, entonces la desintegración de Europa es más probable que su integración más estrecha."

Traducido al castellano, esto quiere decir: "los gobiernos no pueden permitir que sus parlamentos les digan lo que tienen que hacer. Si los parlamentos están en contra de la Unión Europea, los gobiernos no deben obedecerlos y seguir con la construcción de una Europa centralista, burocratista y rechazada por la mayoría de la gente."

Estas cosas no se oyen todos los días con tanta claridad. Por supuesto, el Señor Monti tenía que aplacar hoy las críticas de aquellos (pocos) que creían percibir una nota anti-democrática y anti-parlamentaria en sus declaraciones y que no estaban de vacaciones. Por supuesto - dijo Monti hoy - fue malinterpretado y malentendido.

Cuando un político dice esto uno puede estar seguro que ha dicho lo que realmente piensa. Lo cual ocurre poco.

No, Señor Monti, le hemos entendido muy bien y entendemos que Ud. ha dicho en voz alta lo que los demás gobiernos piensan sin decirlo: los parlamentos europeos estorban y es mejor evitar que pongan obstáculos en el camino hacia la dictadura burocratista europea que se avecina.


CON SUPERMARIO A LA DRAGHIDIA



Sigo con mis pensamientos sobre la situación económica y financiera actual. Y para que una cosa quede muy clara desde el inicio: no simpatizo con ningún gobierno. Con ninguno. Y no me visto con ninguna bandera. Con ninguna.

Aclarado esto, sigamos:

Todo indica que estamos ante una espiral hacia abajo como en el 2008. La mayoría de los economistas quiere que Draghi actúe y meta más dinero (creado de la nada) en los mercados. Esto es lo que todos los discípulos de Keynes quieren. Es lo que el electorado en España e Italia quiere.
El electorado en Alemania, Holanda, Bélgica y Finlandia no lo quiere. En el momento que Merkel ceda se encontrará con una revuelta en su propio gobierno y partido.

Y ¿qué pasa con el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM)? Pues, el BCE ya ha dicho que hace falta un nuevo tratado europeo para aumentar la autoridad del ESM para que pueda soltar los 500 mil millones de euros necesarios. El ESM tendrá una autoridad absolutamente dictatorial. Los parlamentos en Holanda, Alemania, Finlandia y Bélgica no lo aceptarán. Y hace falta unanimidad de votos de todos los países.

La solución para este problema es llevar acabo esta operación sin el consentimiento de los parlamentos. Es ilegal. Pero parece que a pocos les importa mientras puedan seguir viviendo del cuento. 

El BCE puso un billón de euros para rescatar a bancos al inicio del año. Y sin embargo, la banca española sigue en su trayectoria hacia abajo.

La fuga de capitales de los bancos españoles está en auge. Credit Suisse Bank estima que la banca española pierde 50 mil millones de euros cada mes. Esto supone el 5 % de PIB español – cada mes. ¿Adónde va el dinero?

Es muy sencillo. Lo voy a explicar.

Todavía es posible hacer una simple transferencia a un banco – digamos - en Alemania. Lo más probable es que el banco no te paga nada por tu dinero allí. Al contrario: te cobran, para que lo tengas allí. Los mercados están anticipando lo que con toda probabilidad pasará: España volverá a la peseta que perderá en una sola noche un 25% frente al euro o al marco.

Por la fuga de capitales y por la falta de inversiones privadas, Italia e España necesitarán un mínimo de 1,1 billones de euros solamente para el rescate. Este dinero no aparecerá. Nadie en el mercado privado en su sano juicio lo pondrá. Nadie. Queda solo el BCE.

¿Cuándo tendrá que poner el BCE este dinero sobre la mesa?

Algunos dicen que dentro de un par de semanas. Porque ahora los mandamases están de vacaciones y no quieren complicarse la vida en agosto.  Los más optimistas hablan de finales del año.

En el pasado, el BCE se negaba sistemáticamente a comprar bonos estatales. Esto le daba poder sobre los gobiernos. El BCE de esta manera podía vetar la política de un gobierno. Por eso Berlusconi tenía que dimitir al negarse a recortar gastos. Hace poco, el BCE se negaba a inyectar dinero en Bankia, comprando bonos españoles. Bankia iba directamente a la quiebra. Solo la cumbre a finales de junio significaba la salvación para Bankia. Pero la misma cumbre también autorizó al BCE a regular bancos nacionales.

Es evidente que existe una correlación: el BCE tiene el poder para controlar la política económica nacional de los países con problemas bajo la amenaza de no comprar bonos o no aceptando estos bonos como seguridad a los bancos nacionales para recibir a su vez créditos baratos del BCE. Sin embargo, si el BCE infla de nuevo el euro para rescatar a Italia y España, renuncia a ejercer presión política. O sea: el BCE puede o bien salvar a los gobiernos o controlar a los gobiernos. Pero no puede hacer ambas cosas a la vez.

No es un secreto quien sufrirá más cuando Italia y España entren en suspensión de pagos: son los bancos comerciales del norte de Europa. Sus banqueros creyeron durante mucho tiempo que los bonos de Italia y España eran tan seguros como los de Holanda y Alemania. Y optaron por comprar esos bonos por los intereses más altos que daban. Lo hicieron en el nombre de sus clientes.
Ahora tienen un montón de bonos por valor de centenares de mil millones de euros que el día de mañana pueden perder su valor. Y sus clientes están preocupados. Yo también lo estaría.

A eso añadimos la recesión europea. Los gobiernos se enfrentarán a unos pagos cada vez más altos por prestaciones sociales. Al mismo tiempo, los ingresos bajarán. Los déficits aumentarán en vez de bajar.

Todo esto me lleva a la siguientes conclusiones:

·      1. El poder establecido en Europa – igual que en EE.UU. - tiene fe en una sola cosa: el crédito de los bancos centrales.

·       2. El poder establecido quiere una unión fiscal que solamente se consigue violando el Tratado de Maastricht que creó la Unión Europea.

·       3. Los votantes, sin embargo, tienen ahora una tendencia hacia el nacionalismo y en contra de la UE.

·       4. Solo el BCE puede rescatar a países como España e Italia.

·       5. Este rescate solo se puede conseguir a través de inflar el euro = inflación galopante.

·       6. No habrá unión fiscal a menos a través de un procedimiento ilegal.

·       7. Sea como fuere, la unión fiscal no llegará hasta finales del 2013.

·       8. Pero el sistema bancario de la eurozona necesita ayuda antes del final del 2012. El rescate tiene que venir ahora.

·       9. Hay una fuga de capitales de España e Italia hacia Alemania. Esto no puede pararse de forma legal.

·       10. Si no se para la huída de capital, la banca española e italiana pronto carecerá de activos para sustituir los fondos retirados.

·       11. Todos aquellos que no han sacado su dinero del banco para finales del 2013, se lamentarán.

·       12. De momento la cuestión no es sacar interés, sino conservar el capital.

Draghi y sus consortes hacen lo mismo lo que el paisano de Draghi, Francesco Schettino, hizo como capitán del crucero “Costa Concordia”: no están tomando la situación en serio. 
No toman las decisiones necesarias para salvar por lo menos a todos los pasajeros. 
No saben que hacer. 
Ni les importa porque serán los primeros que se irán del barco. 
Igual que Schettino del Costa Concordia.
   






lunes, 6 de agosto de 2012

EL PLAN DE SUPERMARIO DRAGHI


Otra de economía. Lo siento. Preferiría escribir sobre el sol y la playa. Pero ciertas inquietudes mios no me lo permiten. 

Realmente con el último artículo me quedaron todavía cosas en el tintero. Si no te interesa el tema, mejor leer esto.

Para los demás: sigamos. 

La única opción que le quedará al BCE es inflar el euro. Pero hay cuatro miembros de la zona norte del euro que están en contra: Alemania, Holanda, Finlandia y Bélgica.

Esto podría llevar a una división del BCE. Algunos tienen los votos, pero otros tienen el dinero. Los que tienen el dinero podrían irse cuando les dé la gana. Pero hasta el momento solo se han opuesto a la política de Draghi emitiendo algunos gruñidos. No es lo mismo gruñir que dar un puñetazo en la mesa.

Se está cumpliendo ahora exactamente lo que los críticos del euro decían HACE 15 AÑOS. Los que tienen mayoría de votos votarán a favor de inflar el euro. Draghi está de su lado.

La gran mayoría de los comentaristas en la prensa económica está a favor de la inflación monetaria. El BCE para ellos nunca infla el euro lo suficiente. Todo el mundo cree que bajar los intereses un 0,25% en el mercado interbancario como lo ha hecho el BCE hace unos días no resolverá nada. Y en esto tienen toda la razón. 

Los bancos no prestan dinero. Sus reservas de amortiguan la inflación de la base monetaria. De momento. La mayoría de los comentaristas y “expertos” cree que hay que llevar acabo una acción decisiva: inundar los mercados con dinero. Dinero creado de la nada. Dinero que no existe.

Casi todo el mundo ve la situación actual como una batalla entre Merkel y Draghi. Merkel dice: “Hasta aquí y ni un metro más.” 

Draghi dice: “Es tiempo de callarte, Ángela”. Draghi es de los que piensan que hay que inundar los mercados con euros como si no hubiera mañana. Y para el euro no lo hay. 

La mayoría de los expertos financieros – y mucha gente con ellos - creen seriamente (me temo) que comprando bonos españoles e italianos, el peligro de la quiebra de ambos países se resuelve. Pero, ¿realmente es así? ¿Cómo se conseguirá todo el dinero necesario?

Respuesta: inflando el euro. Para hacerlo, el BCE tiene que violar el artículo 127 del tratado de Lisboa. Es como en el duelo de “High Noon”. Draghi o Merkel.

Pero existe otra posibilidad: la Señora Merkel podría decir simplemente: “No hay duelo, Mario. Me voy”. Saliendo de la zona euro, tiene el respaldo del 75% del electorado alemán. Y en Alemania hay elecciones en el 2013. 

Pero esto no es el único problema. Aparte del problema de la deuda española e italiana, China, India y Brasil se encuentran con problemas causados por un fallido ciclo de créditos. Y si esto fuera poco, EE.UU. se encuentra al borde de una nueva recesión.

Vaya.

Mañana sigo con el tema. Sé que aburro a mucha gente. Pero este tema dejará de aburrirlos cuando se den cuenta que el Estado está a punto de robarles los ahorros de toda una vida. Pero entonces será tarde. De momento, la gran mayoría decide hacer lo que hace un conejo al encontrarse delante de una serpiente gigante: nada. No moverse. Quedarse, donde están. Y con esto ya han tomado una decisión.

jueves, 2 de agosto de 2012

SUPERMARIO DRAGHI


La tragedia griega ha sido simplemente el calentamiento para el espectáculo principal: la suspensión de pagos de varios países y de su salida del euro. El primero será Grecia. Lo doy por descontado. Otros seguirán.

La salida del euro dejará a los acreedores de sus bonos con pagarés en euros cuyo interés se pagará en dracmas, liras, escudos y pesetas. Estos acreedores son principalmente los bancos alemanes, franceses y los fondos de pensiones de medio mundo. Sufrirán pérdidas catastróficas.

Mario Draghi, el presidente del BCE dijo el pasado 26 de julio: “Haremos lo que haga falta para salvar al euro. Y créanme: será suficiente.” 

El Señor Draghi lo dijo sin haberlo coordinado con otros representantes del BCE. Ellos no sabían nada de un cambio de política. Draghi hizo la afirmación en un encuentro informal con el príncipe Carlos de Inglaterra, el Primer Ministro Cameron y otros peces gordos justamente la noche antes de la apertura de los JJ.OO. Fue una afirmación espontánea y todo el mundo tomó nota. Parecía que el Mesías había hablado para calmar las olas.

Y  he aquí: los inversores en todo el mundo gritaron “aleluya” y lo creyeron. Y las bolsas subieron y la tasa de interés de bonos a 10 años para España cayó del 7,6% al 6,7% en un día. Y la bolsa en Madrid subió un 5%. Y todos quedaron maravillados de las cosas que habían visto.

Era la hora de super Mario, el nuevo mesías. Lo que suele pasar con los nuevos mesías es que duran poco. Lo de Supermario duró una semana.

Hasta aquí las promesas. El señor Draghi tiene que hablar con hechos. Es decir: tiene que proveer dinero suficiente para que el gobierno español pueda cubrir el déficit monumental que aumenta todos los días. Hoy no había milagro. La bolsá cayó lo que había subido hace una semana. La tempestad está de vuelta. No fue una sorpresa para mi. Ni tampoco para los lectores de este blog. Fue una decepción solo para aquellos que adoran aire caliente y palabras vacías. O sea: para los que invierten en la bolsa y bonos del estado.

El viernes pasado corría el plan de comprar bonos emitidos por Grecia, Italia y España en el mercado secundario (que realmente es lo como suena: un mercado de segunda mano). 

¿Por qué en el mercado secundario? Pues muy fácil: para evitar la prohibición que tiene la BCE de comprarlo directamente a los gobiernos. Pero el resultado es el mismo.

Y ahora la cruda verdad: el Señor Draghi no tiene ningún plan. No sabe que hacer. Y cada vez que habla sin hacer nada, subirá el pan (o sea: bajará la bolsa).

Para ser creíble, Supermario tiene que producir un milagro. Por ejemplo andar sobre las aguas. Y lo va a intentar. Se hundirá. Y el euro y el BCE con él.