Otra de
economía. Lo siento. Preferiría escribir sobre el sol y la playa. Pero ciertas inquietudes mios no me lo permiten.
Realmente con el último artículo me quedaron todavía cosas en el
tintero. Si no te interesa el tema, mejor leer esto.
Para los demás: sigamos.
La única
opción que le quedará al BCE es inflar el euro. Pero hay cuatro miembros de la
zona norte del euro que están en contra: Alemania, Holanda, Finlandia y Bélgica.
Esto
podría llevar a una división del BCE. Algunos tienen los votos, pero otros
tienen el dinero. Los que tienen el dinero podrían irse cuando les dé la gana.
Pero hasta el momento solo se han opuesto a la política de Draghi emitiendo algunos gruñidos. No es lo
mismo gruñir que dar un puñetazo en la mesa.
Se está
cumpliendo ahora exactamente lo que los críticos del euro decían HACE 15 AÑOS. Los que tienen mayoría de
votos votarán a favor de inflar el euro. Draghi está de su lado.
La gran mayoría de los comentaristas en la prensa económica está a favor de la inflación monetaria. El BCE para ellos nunca infla el euro lo suficiente. Todo el mundo cree que bajar los intereses un 0,25% en el mercado interbancario como lo ha hecho el BCE hace unos días no resolverá nada. Y en esto tienen toda la razón.
La gran mayoría de los comentaristas en la prensa económica está a favor de la inflación monetaria. El BCE para ellos nunca infla el euro lo suficiente. Todo el mundo cree que bajar los intereses un 0,25% en el mercado interbancario como lo ha hecho el BCE hace unos días no resolverá nada. Y en esto tienen toda la razón.
Los bancos no prestan
dinero. Sus reservas de amortiguan la inflación de la base monetaria. De momento. La
mayoría de los comentaristas y “expertos” cree que hay que llevar acabo una
acción decisiva: inundar los mercados con dinero. Dinero creado de la nada. Dinero que no existe.
Casi todo
el mundo ve la situación actual como una batalla entre Merkel y Draghi. Merkel
dice: “Hasta aquí y ni un metro más.”
Draghi dice: “Es tiempo de callarte,
Ángela”. Draghi es de los que piensan que hay que inundar los mercados con
euros como si no hubiera mañana. Y para el euro no lo hay.
La mayoría de los
expertos financieros – y mucha gente con ellos - creen seriamente (me temo) que
comprando bonos españoles e italianos, el peligro de la quiebra de
ambos países se resuelve. Pero, ¿realmente es así? ¿Cómo se conseguirá todo el dinero
necesario?
Respuesta:
inflando el euro. Para hacerlo, el BCE tiene que violar el artículo 127 del
tratado de Lisboa. Es como en el duelo de “High Noon”. Draghi o Merkel.
Pero existe otra posibilidad: la
Señora Merkel podría decir simplemente: “No hay duelo, Mario. Me voy”. Saliendo
de la zona euro, tiene el respaldo del 75% del electorado alemán. Y en Alemania hay elecciones en el 2013.
Pero esto
no es el único problema. Aparte del problema de la deuda española e italiana,
China, India y Brasil se encuentran con problemas causados por un fallido ciclo
de créditos. Y si esto fuera poco, EE.UU. se encuentra al borde de una nueva
recesión.
Vaya.
Mañana
sigo con el tema. Sé que aburro a mucha gente. Pero este tema dejará de
aburrirlos cuando se den cuenta que el Estado está a punto de robarles los
ahorros de toda una vida. Pero entonces será tarde. De momento, la gran mayoría
decide hacer lo que hace un conejo al encontrarse delante de una serpiente
gigante: nada. No moverse. Quedarse, donde están. Y con esto ya han tomado una decisión.
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