jueves, 2 de agosto de 2012

SUPERMARIO DRAGHI


La tragedia griega ha sido simplemente el calentamiento para el espectáculo principal: la suspensión de pagos de varios países y de su salida del euro. El primero será Grecia. Lo doy por descontado. Otros seguirán.

La salida del euro dejará a los acreedores de sus bonos con pagarés en euros cuyo interés se pagará en dracmas, liras, escudos y pesetas. Estos acreedores son principalmente los bancos alemanes, franceses y los fondos de pensiones de medio mundo. Sufrirán pérdidas catastróficas.

Mario Draghi, el presidente del BCE dijo el pasado 26 de julio: “Haremos lo que haga falta para salvar al euro. Y créanme: será suficiente.” 

El Señor Draghi lo dijo sin haberlo coordinado con otros representantes del BCE. Ellos no sabían nada de un cambio de política. Draghi hizo la afirmación en un encuentro informal con el príncipe Carlos de Inglaterra, el Primer Ministro Cameron y otros peces gordos justamente la noche antes de la apertura de los JJ.OO. Fue una afirmación espontánea y todo el mundo tomó nota. Parecía que el Mesías había hablado para calmar las olas.

Y  he aquí: los inversores en todo el mundo gritaron “aleluya” y lo creyeron. Y las bolsas subieron y la tasa de interés de bonos a 10 años para España cayó del 7,6% al 6,7% en un día. Y la bolsa en Madrid subió un 5%. Y todos quedaron maravillados de las cosas que habían visto.

Era la hora de super Mario, el nuevo mesías. Lo que suele pasar con los nuevos mesías es que duran poco. Lo de Supermario duró una semana.

Hasta aquí las promesas. El señor Draghi tiene que hablar con hechos. Es decir: tiene que proveer dinero suficiente para que el gobierno español pueda cubrir el déficit monumental que aumenta todos los días. Hoy no había milagro. La bolsá cayó lo que había subido hace una semana. La tempestad está de vuelta. No fue una sorpresa para mi. Ni tampoco para los lectores de este blog. Fue una decepción solo para aquellos que adoran aire caliente y palabras vacías. O sea: para los que invierten en la bolsa y bonos del estado.

El viernes pasado corría el plan de comprar bonos emitidos por Grecia, Italia y España en el mercado secundario (que realmente es lo como suena: un mercado de segunda mano). 

¿Por qué en el mercado secundario? Pues muy fácil: para evitar la prohibición que tiene la BCE de comprarlo directamente a los gobiernos. Pero el resultado es el mismo.

Y ahora la cruda verdad: el Señor Draghi no tiene ningún plan. No sabe que hacer. Y cada vez que habla sin hacer nada, subirá el pan (o sea: bajará la bolsa).

Para ser creíble, Supermario tiene que producir un milagro. Por ejemplo andar sobre las aguas. Y lo va a intentar. Se hundirá. Y el euro y el BCE con él.



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