El periódico "El País" salió esta mañana con el siguiente titular:
“El vendaval financiero sobre España amaina con un solo gesto del BCE”
En primer lugar me sorprende porque no creía que en las redacciones de nuestros periódicos quedaba tanto conocimiento bíblico - aunque mal usado. Delante de nuestros ojos vemos al Mesías Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, enfrentándose a la terrible tempestad que amenazaba ayer hundir a media Europa. Un hombre contra los elementos - calmando milagrosamente a los mercados. Con una sola palabra hace que la bolsa suba un 5 %.
Me hace gracia y confirma lo que llevo sospechando desde hace tiempo: nuestros analistas económicos y financieros se han convertido a una religión. Es la religión del dios Mamón. Su lema es: "Creo en el BCE todopoderoso y Draghi es su profeta. Una frase de Draghi - y el vendaval amaina. Aleluya.
¿Por qué amaina el vendaval? Por la misma razón porque no sientes el viento cuando entierras la cabeza en la arena. Porque los inversores se han convertido en creyentes desviados de una secta que gobierna el mundo financiero. Creen en lo que no existe. Llaman dinero a algo que no es. Llaman expertos a gente que ha perdido el norte hace tiempo. Y esta creencia en lo que no existe, de momento hace que la bolsa sube. Por lo menos hasta el lunes.
La cruda realidad es que hoy estamos un poco peor que ayer, pero mejor de lo que estaremos el lunes. Los números no engañan. Draghi sí. Pero me parece que a la gente y a los inversores les encanta ser engañados. La masa siempre sigue a los vendedores de sueños.
Mi recomendación: usa tu dinero ahora para hacer algo útil con ello, mientras que todavía puedas. Porque pronto será tarde. Y entonces no hay Draghi que pare el vendaval.
“El vendaval financiero sobre España amaina con un solo gesto del BCE”
En primer lugar me sorprende porque no creía que en las redacciones de nuestros periódicos quedaba tanto conocimiento bíblico - aunque mal usado. Delante de nuestros ojos vemos al Mesías Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, enfrentándose a la terrible tempestad que amenazaba ayer hundir a media Europa. Un hombre contra los elementos - calmando milagrosamente a los mercados. Con una sola palabra hace que la bolsa suba un 5 %.
Me hace gracia y confirma lo que llevo sospechando desde hace tiempo: nuestros analistas económicos y financieros se han convertido a una religión. Es la religión del dios Mamón. Su lema es: "Creo en el BCE todopoderoso y Draghi es su profeta. Una frase de Draghi - y el vendaval amaina. Aleluya.
¿Por qué amaina el vendaval? Por la misma razón porque no sientes el viento cuando entierras la cabeza en la arena. Porque los inversores se han convertido en creyentes desviados de una secta que gobierna el mundo financiero. Creen en lo que no existe. Llaman dinero a algo que no es. Llaman expertos a gente que ha perdido el norte hace tiempo. Y esta creencia en lo que no existe, de momento hace que la bolsa sube. Por lo menos hasta el lunes.
La cruda realidad es que hoy estamos un poco peor que ayer, pero mejor de lo que estaremos el lunes. Los números no engañan. Draghi sí. Pero me parece que a la gente y a los inversores les encanta ser engañados. La masa siempre sigue a los vendedores de sueños.
Mi recomendación: usa tu dinero ahora para hacer algo útil con ello, mientras que todavía puedas. Porque pronto será tarde. Y entonces no hay Draghi que pare el vendaval.
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