lunes, 2 de julio de 2012

PANICO EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL (VI)

Los clientes de los bancos pueden ir a su banco de turno y transferir su dinero al extranjero. Casi siempre será a un banco alemán. Es - todavía - perfectamente legal en el actual sistema. Teoricamente, el banco receptor se podría negar a recibir la transferencia. Pero no lo hará. Además daría una señal devastadora porque significaría que el banco que transfiere dinero es insolvente. Porque los bancos en el norte de Europa temen esto como el diablo al agua bendita, no lo harán. Esta fuga de capital empezó en España a gran escala hace aproximadamente dos meses. Y va en aumento.

Mientras tanto, el BCE está sentado sobre un polvorín. La mecha ya ha prendido fuego. Y la mecha viene de Grecia, mejor dicho: de su sistema bancario. Si la banca griega falla, además se enciende una segunda mecha. Y esta mecha lleva a España. Igual hay una mecha más que lleva a Italia.

Y no hay quien apague esta mecha. El único cortafuegos sería la negación de los bancos alemanes, holandeses, etc. de no aceptar dinero que proviene del sur de Europa. Pero no lo harán, como hemos visto. Pero si no se impide la fuga de capital, el gobierno griego será insolvente y saldrá del euro. Porque si sus bancos fallas ¿cómo pagarán su deuda? ¿Cómo recaudarán impuestos? ¿A donde van a transferir los país del norte el dinero de sus rescates?

Se ve claramente lo que se está jugando aquí. En Grecia llevamos un año con un bank-run. La única solución sería una prohibición de sacar dinero del país. Es decir: Grecia sale del euro.

Sin embargo, no todos los bancos europeos están bajo la misma legislación. Hasta el momento, ninguna entidad les puede obligar lo que tienen que hacer. La zona euro - en su sistema mal pensado desde el inicio - tiene la posibilidad que los que tienen depósitos en su banco pueden condenar a su propio banco a la muerte con la simple transferencia legal de sus depósitos a una cuenta en un país más solvente de la zona euro.

Ninguna ley impide esto hasta ahora. En el momento que la banca de un país colapsa, significa automaticamente la insolvencia de su propia país. Esto a su vez llevaría a pérdidas catastrófica para los bancos en el norte de Europa.


De lo que llevo escribiendo desde hace seis días no leemos, sin embargo, ningún debate en nuestros periódicos, y con muy pocas excepciones, no vemos ningún programa sobre el problema de fondo. Lo único que se oye es el grito: "¡Qué nos recaten de una vez!" Es el grito desesperado de aquel que no se entera de nada. Es el grito de aquel que pide un salvavidas a diez metros del comienzo de las cataratas de Niagara. 

Y ¿nuestros políticos no saben de esto? Por supuesto que lo saben. Tan tonto ni siquiera pueden ser los que nos gobiernan. Todo el mundo con un mínimo de información sabe perfectamente que el bank-run en Grecia es una realidad. Pero ningún periódico lo pone en la portada. El telediario no lo menciona. Lo mencionarán cuando haya entrado en su fase final.


      

      

    


       

      

      

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