... pero no sus consecuencias.
Se prometió proveer 1 billón de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a los países más severamente afectados por la crisis. No es poco dinero. Pero sólamente en 2008, en los últimos 3 meses "la crisis" destruyó" 50 veces este importe. Y el FMI manifiestamente no ha servido de NADA en las últimas décadas. Podemos tener la absoluto certeza que cada céntimo entregado a este organismo será malgastado.
No se daban respuestas a las dos preguntas fundamentales:
1. ¿Quién paga?
2. ¿Quién gana?
La respuesta a la pregunta nº 1: nosotros, los ciudadanos, nuestros hijos y nietos (inflación, impuestos)
La respuesta a la pregunta nº 2: las empresas y estados que deberían haber declarado su insolvencia.
La bolsa subió ayer y hoy. ¿Por qué? Porque los inversores son en su gran mayoría seguidores del economista Keynes que creen que el endeudamiento y las medidas estatales lo arreglan todo.
Pero, desde ayer ...
¿...cuánta riqueza se ha creado? Ninguna.
¿... en cuánto ha aumentado la productividad de las empresas? En nada.
¿... cuántos recursos se han descubierto que no estaban anteayer? Nada que valga la pena.
¿Qué representa la subida en la bolsa? Respuesta: aire caliente. Y aire caliente sube. Hasta que se enfría.
El que cree que esta reunión del G-20 haya solucionado algo se equivoca. Lo que sorprende es la credulidad de algunos medios que auguran ya una nueva época de bonanza.
La bolsa sube de momento empujado por promesas vacías de un dinero que no se sabe de donde viene, de políticos que tienen credibilidad zero, bien porque entienden la crisis y no saben como arreglarla o bien porque no la entienden y piensan que saben como arreglarla. Mucha fe ciega tienen que tener los inversores en bolsa. Les deseo buena suerte. La necesitarán.