Raras veces ocurre que escribo dos veces un artículo en mi blog en el mismo día. Hoy es un día así. No sé si es porque es agosto y la gente está de vacaciones y no se entera. Por lo menos no me consta que los defensores de la democracia hayan tomado las calles en el día de hoy.
Ayer apareció una entrevista con otro Mario. Está vez no era Supermario Draghi, sino su paisano Mario Monti, el premier ministro de Italia (con tanto Mario uno se pregunta: ¿quién mueve los hilos de est@s mario-netas?) El contexto:
El Señor Monti fue nombrado por el presidente de la república como sucesor de Berlusconi. No fue votado en las urnas. Fue nombrado a dedo por Giorgio Napolitano, presidente italiano y el parlamento le dio el voto de confianza que no es lo mismo que ser elegido, para que nos entendamos. Es una costumbre que últimamente se impone en Europa. Tampoco van Rompuy o Barroso fueron elegidos por los ciudadanos.
Bien, este economista malo, convertido en primer ministro peor, brilla obviamente por su legitimación democrática por el pueblo italiano. Dada su firme creencia en la democracia, no es de extrañar que Monti dijo en una entrevista con la revista "Der Spiegel" en su edición de ayer lo siguiente:
"Si los gobiernos se dejan condicionar por las decisiones de sus parlamentos sin guardar un margen para actuar, entonces la desintegración de Europa es más probable que su integración más estrecha."
Traducido al castellano, esto quiere decir: "los gobiernos no pueden permitir que sus parlamentos les digan lo que tienen que hacer. Si los parlamentos están en contra de la Unión Europea, los gobiernos no deben obedecerlos y seguir con la construcción de una Europa centralista, burocratista y rechazada por la mayoría de la gente."
Estas cosas no se oyen todos los días con tanta claridad. Por supuesto, el Señor Monti tenía que aplacar hoy las críticas de aquellos (pocos) que creían percibir una nota anti-democrática y anti-parlamentaria en sus declaraciones y que no estaban de vacaciones. Por supuesto - dijo Monti hoy - fue malinterpretado y malentendido.
Cuando un político dice esto uno puede estar seguro que ha dicho lo que realmente piensa. Lo cual ocurre poco.
No, Señor Monti, le hemos entendido muy bien y entendemos que Ud. ha dicho en voz alta lo que los demás gobiernos piensan sin decirlo: los parlamentos europeos estorban y es mejor evitar que pongan obstáculos en el camino hacia la dictadura burocratista europea que se avecina.
Ayer apareció una entrevista con otro Mario. Está vez no era Supermario Draghi, sino su paisano Mario Monti, el premier ministro de Italia (con tanto Mario uno se pregunta: ¿quién mueve los hilos de est@s mario-netas?) El contexto:
El Señor Monti fue nombrado por el presidente de la república como sucesor de Berlusconi. No fue votado en las urnas. Fue nombrado a dedo por Giorgio Napolitano, presidente italiano y el parlamento le dio el voto de confianza que no es lo mismo que ser elegido, para que nos entendamos. Es una costumbre que últimamente se impone en Europa. Tampoco van Rompuy o Barroso fueron elegidos por los ciudadanos.
Bien, este economista malo, convertido en primer ministro peor, brilla obviamente por su legitimación democrática por el pueblo italiano. Dada su firme creencia en la democracia, no es de extrañar que Monti dijo en una entrevista con la revista "Der Spiegel" en su edición de ayer lo siguiente:
"Si los gobiernos se dejan condicionar por las decisiones de sus parlamentos sin guardar un margen para actuar, entonces la desintegración de Europa es más probable que su integración más estrecha."
Traducido al castellano, esto quiere decir: "los gobiernos no pueden permitir que sus parlamentos les digan lo que tienen que hacer. Si los parlamentos están en contra de la Unión Europea, los gobiernos no deben obedecerlos y seguir con la construcción de una Europa centralista, burocratista y rechazada por la mayoría de la gente."
Estas cosas no se oyen todos los días con tanta claridad. Por supuesto, el Señor Monti tenía que aplacar hoy las críticas de aquellos (pocos) que creían percibir una nota anti-democrática y anti-parlamentaria en sus declaraciones y que no estaban de vacaciones. Por supuesto - dijo Monti hoy - fue malinterpretado y malentendido.
Cuando un político dice esto uno puede estar seguro que ha dicho lo que realmente piensa. Lo cual ocurre poco.
No, Señor Monti, le hemos entendido muy bien y entendemos que Ud. ha dicho en voz alta lo que los demás gobiernos piensan sin decirlo: los parlamentos europeos estorban y es mejor evitar que pongan obstáculos en el camino hacia la dictadura burocratista europea que se avecina.