El jueves por la mañana llamé a Telefonica, perdón: a Movistar. Nos hemos acogido al nuevo plan "Fusión" que para nosotros supone un ahorro importante. Telefónica/ Movistar promete 10 megas de velocidad para los que se apuntan. En nuestro caso llegamos a 2, y eso a duras penas. Llamé para informar a Telefonica del problema. Entre el dicho y el hecho hay un gran trecho, dice el Quijote. Lo mismo entre 10 y 2 megas. El viernos a las 9 de la mañana se presenta Oscar en nuestro hogar. Es el encargado de Movistar para resolver casos sin esperanza en nuestro barrio. Después de excluir cualquier elemento y posibilidad que pueda ralentizar nuestra conexión (más de dos aparatos, alarmas, líneas mal conectadas, aparatos obsoletes y 50 posibilidades más), Oscar se pone a hurgar en el enchufe de la roseta. Lo que encuentra le lleva a pronunciarse en palabras que prefiero no reproducir en este blog para no herir las sensibilidades de mis lectores. La foto adjunta habla por si misma.
Un técnico cualquiera hubiera tirado la toalla en este mismo instante. No Óscar.
A lo largo del día, Oscar va y viene: vuelve a la central, controla la conexión por dentro y por fuera, cambia no sé que en casa y fuera de casa. Al final del día, el hombre está al borde de la desesperación. Todo el esfuerzo ha sido en vano. Un hombre solo no puede luchar contra gigantes y molinos de viento. "No podré hacer nada. Lo siento." Me contento con que no nos deje la instalación peor de lo que la ha encontrado y nos despedimos como viejos amigos.
El sábado a las diez (es la primera vez que me entero que en España alguien trabaja un sábado - antes de Reyes - a las 10 de la mañana) me llama Óscar. Está en la central. Me dice que ahora cree que va a poder subir la velocidad un poco.
Me quedo de piedra. Ese hombre se levanta, desayuna y se dirige directamente a la central de nuestro barrio para resolver mi problema. Y su promesa no cayó en saco roto. Al mediodía, internet fluye con casi 3 megas. Lo nunca visto. Le deseo felices Reyes a Óscar y mucho éxito en este año 2013.
El lunes a las 13.00, hoy, Oscar llama de nuevo. Finalmente ha conseguido - dice - de subir nuestra velocidad a 6 megas. No me lo puedo creer. Interrumpo el almuerzo (almorzamos pronto en casa) para controlar la velocidad y efectivamente: 4 megas. Algo es algo.
15 minutos después, Óscar llama de nuevo: un compañero suyo iba a pasar en un momento para instalarnos un nuevo router. El compañero llega justo al final del almuerzo. Instala el router y: ¡aleluya! Llegamos más allá de los 5 megas.
El compañero de cuyo nombre no me acuerdo (sí, me gusta el Quijote), además nos regala un nuevo teléfono y - por si acaso - un cable de ADSL. Para subir la velocidad aún más. Pero más no es posible. Vivimos lejos de la central. Es lo que hay. Pero no importa. 6 megas para nosotros es otra galaxia.
Conclusión: Que nadie diga que en España no queda gente con una sólida ética de trabajo. Propongo a Oscar como obrero del año que acaba de empezar. Con gente así la crisis acabará antes que Mourinho acabará en el Madrid.
Aún así, creo que Movistar se ha equivocado. En vez de fichar a Rato que ya ha dado sobradas muestras de su tremenda capacidad de trabajar a favor de los clientes en Bankia, deberían haberle puesto allí a Oscar. Este hombre sí que animaría el tinglado. Y a Rato no le haría ningún daño ocupar el puesto de Oscar. Estar en contacto con gente normal puede ser una buena terapia. Y así tendríamos Oscar para Rato.
Gracias, Oscar y equipo. Sois el orgullo de Movistar. Dais ánimo a aquellos que queremos que este país siga adelante.
Un técnico cualquiera hubiera tirado la toalla en este mismo instante. No Óscar.
A lo largo del día, Oscar va y viene: vuelve a la central, controla la conexión por dentro y por fuera, cambia no sé que en casa y fuera de casa. Al final del día, el hombre está al borde de la desesperación. Todo el esfuerzo ha sido en vano. Un hombre solo no puede luchar contra gigantes y molinos de viento. "No podré hacer nada. Lo siento." Me contento con que no nos deje la instalación peor de lo que la ha encontrado y nos despedimos como viejos amigos.
El sábado a las diez (es la primera vez que me entero que en España alguien trabaja un sábado - antes de Reyes - a las 10 de la mañana) me llama Óscar. Está en la central. Me dice que ahora cree que va a poder subir la velocidad un poco.
Me quedo de piedra. Ese hombre se levanta, desayuna y se dirige directamente a la central de nuestro barrio para resolver mi problema. Y su promesa no cayó en saco roto. Al mediodía, internet fluye con casi 3 megas. Lo nunca visto. Le deseo felices Reyes a Óscar y mucho éxito en este año 2013.
El lunes a las 13.00, hoy, Oscar llama de nuevo. Finalmente ha conseguido - dice - de subir nuestra velocidad a 6 megas. No me lo puedo creer. Interrumpo el almuerzo (almorzamos pronto en casa) para controlar la velocidad y efectivamente: 4 megas. Algo es algo.
15 minutos después, Óscar llama de nuevo: un compañero suyo iba a pasar en un momento para instalarnos un nuevo router. El compañero llega justo al final del almuerzo. Instala el router y: ¡aleluya! Llegamos más allá de los 5 megas.
El compañero de cuyo nombre no me acuerdo (sí, me gusta el Quijote), además nos regala un nuevo teléfono y - por si acaso - un cable de ADSL. Para subir la velocidad aún más. Pero más no es posible. Vivimos lejos de la central. Es lo que hay. Pero no importa. 6 megas para nosotros es otra galaxia.
Conclusión: Que nadie diga que en España no queda gente con una sólida ética de trabajo. Propongo a Oscar como obrero del año que acaba de empezar. Con gente así la crisis acabará antes que Mourinho acabará en el Madrid.
Aún así, creo que Movistar se ha equivocado. En vez de fichar a Rato que ya ha dado sobradas muestras de su tremenda capacidad de trabajar a favor de los clientes en Bankia, deberían haberle puesto allí a Oscar. Este hombre sí que animaría el tinglado. Y a Rato no le haría ningún daño ocupar el puesto de Oscar. Estar en contacto con gente normal puede ser una buena terapia. Y así tendríamos Oscar para Rato.
Gracias, Oscar y equipo. Sois el orgullo de Movistar. Dais ánimo a aquellos que queremos que este país siga adelante.
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