
Si pides un crédito, el banco te pide seguridades a cambio: tu casa, una persona que avala por ti, etc. El avalista es una persona que garantiza la devolución de la deuda contraída.
Ben Bernanke está preocupado. Muy preocupado. La muestra fue la intervención coordinada de seis bancos centrales en los mercados de divisas hace tres días. El coordinador fue sin lugar a duda la Fed de Bernanke.
¿Qué han hecho? Dar a los bancos garantías de provisión de fondos de forma ilimitada. Esta acción ocurrió previo a la intervención de Angela Merkel ante el parlamento alemán ayer. En los próximos días viviremos la violación de los dos tratados que crearon la Unión Europea y que llevará inevitablemente a la compra de eurobonos (Merkel al final dará el brazo a torcer, aunque ella no lo admitirá nunca) que serán emitidos de forma ilegal por la UE y adquiridos por el Banco Central Europeo. Esto es necesario para conseguir suficiente dinero (euros) para la compra de deuda italiana antes que Italia se declara insolvente.
Porque la si Italia fuera a una situación de insolvencia, los bancos más importantes de Francia quebrarían y esto podría llevar a un estado de pánico en los mercados financieros sin precedentes.
La acción de Bernanke es un forma de controlar este escenario: un “run” sobre los bancos franceses y posiblemente una venta masiva de euros. De cierto modo se trata de un subsidio de la retirada masiva de inversiones en euros, suponiendo que la BCE venderá dólares a cualquiera con tal de conseguir euros.
La semana que viene promete ser interesante. De todos modos, esto es el penúltimo truco. No quedarán muchos más. La cuenta atrás no se parará.
En 1971, consiguió pasar a Occidente un documento de 150 páginas sobre los abusos cometidos en instituciones psiquiátricas contra los disidentes políticos; fue detenido nuevamente y en 1972 condenado a siete años de prisión y cinco de exilio por calumnias al Estado Soviético. Durante su estancia en el campo de prisioneros de Perm escribió, junto con uno de sus compañeros de prisión, el psiquiatra Semion Gluzman, un Manual psiquiátrico para disidentes, para ayudar a otros disidentes a combatir los abusos de las autoridades.En 1976, a proposición del dictador chileno Augusto Pinochet, se realizó un canje en Zúrich, Suiza por el cual la Unión Soviética liberaba a Bukovsky de la cárcel para ser intercambiado en Suiza por el dirigente comunista chileno Luis Corvalán, liberado por Pinochet."